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Reseña de Five Nights at Freddy’s

Cuando Five Nights at Freddy’s se lanzó por primera vez en 2014, al mundo le pareció que era solo otro simple juego de terror con un mínimo esfuerzo. En pocas palabras, se consideró como un producto que no causaría un gran revuelo en el amplio mundo de los juegos, que en ese momento se consideraba.

Sin embargo, con la ayuda de algunos YouTubers populares y una sucesión vertiginosa de secuelas, así como una publicidad decente, la franquicia ha alcanzado un nivel de reconocimiento de marca con el que la mayoría de los juegos solo podrían soñar.

La trama del juego

Todo comenzó con el Five Nights at Freddy’s original, en el que asumes el papel de un nuevo guardia de seguridad que trabaja en el turno de noche en Freddy Fazbear’s Pizza. Chuck E. Cheese-esque es famoso por su colección de algunos animales animatrónicos que mantienen a los niños entretenidos durante el día pero adquieren un lado mucho más siniestro por la noche. Los animatrónicos deambulan libremente por la pizzería, y si encuentran a una persona en sus vagabundeos, esa persona será metida a la fuerza en el disfraz de animatrónico.

Cada noche dura un total de 6 horas en el juego (poco menos de diez minutos reales), y tu guardia está casi indefenso contra los monstruos robots que deambulan por los pasillos. Puede rastrear sus movimientos con cámaras ubicadas en todo el edificio. Si uno de ellos se acerca demasiado a una de las dos entradas de la cabina de guardia, se puede usar una puerta blindada para cerrarlo.

El principal problema es que el uso de varias opciones de protección depende de una fuente de energía escasa y que se agota rápidamente. Si, por ejemplo, el pánico hace que dejes esas puertas cerradas demasiado tiempo, corres el riesgo de pasar esa última hora en total oscuridad y quedar completamente indefenso frente a los robots asesinos que se aproximan.

Jugabilidad de la versión móvil de Five Nights at Freddy's

Peculiaridades

Hay varios momentos interesantes en el juego. Parte del «encanto» de Five Nights at Freddy’s radica en lo simple pero efectivo que es el juego. Cualquiera puede tomar el control en cuestión de segundos y queda inmediatamente claro lo estresante que puede ser la experiencia. El miedo que surge cuando revisas la cámara y te das cuenta de que falta uno de los bots es universal, y este miedo constante que lo abarca todo y que se deriva de tu relativa impotencia es fascinante.

Cuando inevitablemente te equivocas y uno de los personajes termina en la oficina, el sobresalto resultante actúa como la culminación perfecta y aterradora de toda esa tensión. La jugabilidad simple y la gran dependencia de los sustos de salto antes mencionados significan que la premisa tiene una longevidad limitada, y una vez que te acostumbras a ambos, el interés se desvanece rápidamente.

Five Nights at Freddy’s lo hace bien con un enfoque de «menos es más». La falta de música deja suficiente espacio para respirar para que el silencio realmente parezca muy fuerte, mientras que los ruidos ambientales, los pasos y las risas tranquilas seguramente lo pondrán nervioso.

Del mismo modo, no sucede mucho visualmente, ya que pasas todo el juego cambiando entre un conjunto de imágenes fijas, pero el diseño del entorno captura exactamente cómo transmite un lugar espeluznante y abandonado infestado de máquinas asesinas.